Microrrelato: Cuestión de instinto
Cuestión de instinto
Sacó del bolso un pliegue de periódico y lo dejó encima de la cama. Después tomó el teléfono y marcó. Lo sostenía oprimiéndolo con el hombro derecho contra su cara mientras se colocaba el pendiente en la oreja izquierda.
—¿Policía? Quería denunciar un asesinato… ¡Si!, en la casa desde donde llamo. —Siguió abotonando su camisa blanca que estaba salpicada levemente de sangre. —Si, seguro que está muerto… Está tumbado con una almohada de sangre bajo la cabeza… Yo diría que es un ajuste de cuentas. —Ajustó su falda negra y dejó caer el teléfono sin colgar.
Se puso el abrigo de visón que le cubría desde el cuello hasta la rodilla, colgó su bolso del codo y recogió los zapatos de aguja con su mano. Aún tenía los pies deformados de la última transformación.
Saltó el cuerpo de su víctima y con paso firme salió a la calle dejando la puerta abierta. Tomó rumbo a la boca de metro más cercana. Antes de llegar, paró a comprar el periódico.
—Esta noche también hay luna llena —Pensó mientras abría el periódico por la página de sucesos. —¿Quién será el siguiente voluntario para redimir sus pecados? —Continuó mientras sus uñas afiladas sobrevolaban el papel.
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Créditos: Photo by Juli Kosolapova on Unsplash
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ResponderEliminarUna mujer lobo siempre da mucho juego. Gracias por pasarte.
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