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Mostrando entradas de abril, 2021

Relato: En la frontera (parte 4 de 4)

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Relato: En la frontera (parte 4 de 4)      «Cuando tengas que correr, nunca mires atrás o te alcanzarán»      Las palabras de mi padre revoloteaban en mi cabeza mientras seguía intentando despistar al policía que me perseguía. La sirena del coche de patrulla cada vez se escuchaba más cerca. El corazón me iba a mil y mi boca apenas daba abasto para atrapar el aire que necesitaba. Procuraba hacer giros en calles por la que los vehículos circularan en dirección contraria pero aun así la sirena continuaba aumentando en intensidad.      Mi estado de forma era nefasto y el saco de deporte que llevaba a la espalda no me ayudaba. Sentía calambres en todos los músculos de las piernas y para colmo un dolor intenso me golpeó en el costado derecho, bajo las costillas. Me escocían los ojos al contacto con el sudor y la opción de buscar un sitio donde pasar desapercibido comenzó a tomar peso.      Mi último cambio de sentido me llevó hacia una zona de casas bajas. Al atravesar la primera calle llegu

Relato: En la frontera (parte 3 de 4)

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En la frontera (parte 3 de 4)      La avenida del depósito estaba flanqueada por un enorme parque y las naves del puerto. Era una zona demasiado abierta como para poder escaparme sin que me localizaran rápidamente. Antúnez solo tendría que levantar la cabeza una vez que encontrara a José Carlos y podría verme huyendo sin problemas. No podía ponérselo tan fácil. Necesitaba pasar desapercibido, diluirme con la ciudad para que no me encontraran y poder completar la entrega.      Un nudo en la garganta me dejó por un momento sin poder tragar, comencé a sudar y me temblaban las manos. «¡Céntrate!» comencé a repetir mentalmente mientras abrí la ventanilla para aliviar un poco el calor del interior del coche y reduje la velocidad para no llamar la atención. En cuanto pude, abandoné la vía principal y comencé a callejear en dirección al centro de la ciudad y posteriormente a la zona del antiguo estadio de fútbol. Era una de las zonas con mayor número de coches de la ciudad y sería fácil pasar

Relato: El diablo no puede volar

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Relato: El diablo no puede volar      La puerta del ascensor se abre. Los pasos recorren el pasillo que lleva hasta la puerta de nuestro apartamento en el último piso del edificio. Él no suele retrasarse y eso solo puede suponer una cosa.      La llave entra en lucha contra la cerradura y yo me apresuro a terminar de preparar la mesa para sacar la cena.       La puerta por fin se abre.      —Buenas noches, Sonsoles.      El aroma a alcohol y tabaco emana pútrido de su boca mientras pasa por la puerta.      —Hola, cari, ya tengo lista la cena. —Digo mientras me apresuro a llevarle las zapatillas. Agarro su chaqueta por la solapa desde su espalda para ayudarlo a quitársela y cierro con un sutil toque de talón la puerta. —¿Qué tal te fue el día?      —¡Ha sido un día excelente!, Antúnez se ha jubilado y me han ofrecido su puesto. ¡Tenemos que celebrarlo!       «Celebrarlo», esa palabra me entra por los oídos y atraviesa mi córtex erizándome completamente la piel.      —Vale, cari, ya tení

Relato: En la frontera (parte 2 de 4)

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En la frontera (parte 2 de 4)      Cuando me giré de nuevo, María clavó sus ojos vidriosos en los míos al tiempo que se lanzó contra mí agarrándome por el pecho.      —Nuestro Lolo, ¿pero qué has hecho? —Gritó entre lágrimas.      —No te preocupes —Intenté tranquilizarla sujetándola suavemente por los hombros, pero era incapaz de controlar que las manos me temblaran. — Confía en mí.      — ¡Voy a llamar a la policía! Sacó de su bolsillo el teléfono y empezó a marcar. En un acto reflejo, le arrebaté el teléfono de las manos bruscamente, lo lancé contra el suelo y el cristal de la pantalla saltó en mil pedazos.      —¿Estás loca? ¿Quieres que lo maten?      Delante de mí cayó arrodillada como implorando que hiciera algo, pero sin articular una sola palabra. Solo lloraba. Me agaché levemente para intentar consolarla.      —Voy a hacer lo posible para que todo salga bien — dije suavemente.      Me miró y asintió con la cabeza. Me puse en pie y empecé a correr escaleras arriba en dirección