Relato: El brandy
El brandy Sabes esa sensación que tienes cuando te despiertas y alguien te está respirando a un palmo de la cara con la mirada fija en ti. Pues ahí estaba yo. Con los gentiles toques rodilla-costado de mi mujer mientras me enseñaba la hora en el móvil. Que vale que me había quedado dormido sobre el colchón de la cuna que se supone debería estar montada hace ya unos días, pero es que no me da tregua. Que si el armario para el bebé, que si el cambiador para el bebé, que si el trozo de jamón a las tres de la mañana para que el bebé salga sin un solo antojo. —José, no entiendo como puedes haberte quedado dormido con la cuna a medio montar. ¿Me lo explicas? Apenas había abierto el ojo y ya tenía encima la preguntita. «A ver que respondo para que no sea interpretado como un crimen de estado». Me incorporé un poco sentándome sobre el parqué, me froté los ojos y comencé a generar la correspondiente excusa. —¿A caso crees que iba a dejar que nuestro bebé durmiera en es