Microrrelato: La habitación
La habitación
Agazapado bajo la cama esperé a que el minutero diera la última vuelta antes de la media noche. Era lo que siempre había visto en las películas y podía quedar raro si empezaba mi pequeño espectáculo antes de tiempo.
Me deslicé hacia el lado donde dormía ella y me puse en pie. Concentré mi energía en la mano derecha y acaricié con suavidad su cara. Una tenue sonrisa se pintó en sus labios. Volví a rozar su mejilla provocando un leve cosquilleo en la zona. En un movimiento eléctrico, ella movió el brazo y comenzó a rascarse. Coloqué mis manos juntas sobre su abdomen. Las alejé un poco y concentrando todas mis fuerzas en ese punto las lancé contra ella consiguiendo hundirla levemente contra el colchón. Sus ojos se abrieron como platos y clavó su codo en el costado de su pareja. —¿Qué haces? Él comenzó a palpar la mesilla de noche en busca del interruptor de la lámpara. La encendió y se incorporó en la cama. —¿Dormir? —Respondió sin entender mucho a que venía aquello. —Me acabas de aplastar el estómago contra la cama. —¿Yo? —Preguntó mientras se señalaba con el índice el pecho. —¡Joder que susto me has dado! Y por fin salió la palabra mágica. Rápidamente golpeé un pequeño vaso con agua que estaba en la mesilla de ella tirándolo contra el suelo. Mis espectadores se quedaron atónitos. Encendí la luz principal. Los dos escalaron por el colchón hasta que toparon con el cabecero. Hundieron su espalda contra él y quedaron parapetados detrás de aquella sábana desgastada. Me dirigí a la puerta del baño. La golpeé de manera brusca con el pie y esta sonó como un disparo al estrellarse contra la pared. Encendí la luz y abrí el grifo del agua caliente justo debajo del espejo. Cuando me giré, ambos estaban mirando fijamente como el vaho comenzaba a empañar su reflejo, dejando a la vista el mensaje que había escrito la tarde anterior. Nunca tuve una letra bonita y con el vapor quedaba genial. «Vais a morir» y un emoji sonriente. No necesitaba mucho más para que los inquilinos de la habitación salieran medio desnudos corriendo por el pasillo del hotel. No sabéis como reconforta cuando las cosas salen como uno las planea. Si mi hermano pensaba que con matarme se iba a librar de mí, lo lleva crudo.¿Te gustó el microrrelato? déjame tu opinión en los comentarios.
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Créditos: Photo by Eunice Stahl on Unsplash
Iba a poner una palabrota, pero no es lugar. Inquietante y malrollero. Una gozada, en resumen.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Muchas gracias por pasarte Rocío! Me alegra mucho que te gustara 😊
EliminarNos leemos
Esto es terror. Es lo que nos gusta. Escalofriante según lo lees. Es lo que queremos!
ResponderEliminarNo lo tenía interiorizado como un relato de terror, pero si es cierto que puede tomar ese matiz oscuro.
EliminarMuchas gracias, Juan.
Terroríficamente inquietante ‼️😊👏👏
ResponderEliminarEspero que eso sea algo bueno 👻 Gracias por pasarte!
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