Microrrelato: Sin miedos
Sin miedos
El cielo estaba totalmente despejado ahí arriba y eso me permitió ver como el motor derecho saltaba en pedazos al engullir un pajarraco enorme que salió escupido como si de una licuadora se tratase. Inmediatamente comenzamos a caer.
Yo seguía mirando por la ventanilla sonriendo. Me resultaba gracioso como nos zambullíamos en las nubes y salíamos por el otro lado cambiando totalmente el paisaje. Después de un par de «wiskis» y otros tantos tranquilizantes no podía dejar de sonreír.
Miré por un momento a mi compañero de fila, tenía colocado el chaleco salvavidas y la cabeza incrustada en sus rodillas. «¿Cómo puede poner esa postura? ¡Si a mí apenas me llega para que me entren las piernas!» pensé y comencé a reír a carcajadas mientras me miraba de reojo.
La sensación que recorría mi cuerpo era extraña, a parte de las cosquillas en el estómago por el descenso y las vibraciones del aparato, había desaparecido totalmente ese miedo que me bloqueaba cada vez que tenía que acercarme a un avión. Quizá el haberme confesado antes de montar y tener el testamento hecho ayudaba un poco.
Sorbí las ultimas gotas de mi vaso y disfruté por última vez de unas privilegiadas vistas al mar.
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Créditos: Photo by peter bucks on Unsplash
El protagonista transmite serenidad. La ambientación es cuidada en los detalles. Bravo!
ResponderEliminarMuchas gracias, Juan. Finalmente si fobia a volar fue productiva y racional.
EliminarQué viva el "wiski" ‼️👏👏👏
ResponderEliminarCon "yelo"😉
Eliminar¡Muchas gracias por pasarte!
Desenlace inesperado, me causó placer leerlo
ResponderEliminarMe alegro mucho que te gustara.
EliminarEspero que los otros relatos estén a la altura.
Un saludo